
A partir de las reformas votadas por los congresistas, esas circunstancias se modificarán radicalmente, ya que los detenidos por la administración Bush sólo podrán ser torturados en presencia de sus abogados, y en ningún caso los interrogatorios con descargas eléctricas podrán utilizar tensiones superiores a los 400 voltios.
“La situación en Guantánamo ya era muy comprometida a los ojos de los organismos internacioanales de derechos humanos. Con estas medidas, el Congreso norteamericano vuelve a mostrar que en nuestro sistema democrático los poderes ilimitados no son tolerables”, dijo el senador demócrata John Lethelwood.
La nueva ley, conocida como “Reglamento Humanitario de Detenciones por Actos de Terrorismo”, también regula la utilización del “submarino”, un recurso muy usado en los interrogatorios de las fuerzas de seguridad, que consiste en sumergir la cabeza del detenido en agua, hasta ponerlo al borde de la asfixia.
En ese punto, la norma dispone que en todos los casos sólo podrá aplicarse el submarino utilizando agua potabilizada, y prohíbe terminantemente el uso de agua gasificada porque ésta puede provocar irritación en los ojos.
En todos los casos, el Congreso estableció que los detenidos tendrán derecho a ser torturados en compañía de sus abogados, aunque éstos no podrán objetar los procedimientos, si bien un artículo les permite participar de los tormentos en caso de que el personal de seguridad le pida ayuda para ello.